martes, 13 de enero de 2015

Hepatitis C

 
-Causas: Causada  por el virus de la hepatitis C, se transmite por contacto directo con la sangre de una persona infectada. Sus principales formas de transmisión suelen ser:
  • Agujas o jeringuillas infectadas.
  • Transfusiones sanguíneas.
  • Hemodiálisis.
  • Mediante material infectado: sanitario, material para tatuajes, piercings, etc.
  • Durante el parto; transmisión madre-hijo.
Al igual que la hepatitis B, la forma C de esta enfermedad tiene un curso agudo y un curso crónico, siendo este último el que suele desarrollarse con mayor frecuencia (85% de los casos). En la mayoría de los casos el paciente permanece asintomático, aunque la enfermedad puede progresar lentamente, por lo que existe riesgo de aparición de cirrosis y cáncer hepático.


-Tratamientos: En la actualidad, se considera que el tratamiento farmacológico más efectivo contra la hepatitis C es la combinación de ribavirina (un antiviral que se toma por vía oral) con interferón pegilado alfa (que se administra por vía subcutánea). El tratamiento dura entre 24 y 48 semanas, y presenta ciertos efectos secundarios que a veces no son bien tolerados por los pacientes. La respuesta al tratamiento depende de la etapa en que se encuentre la enfermedad, del tipo de virus por el que se esté infectado y de la cantidad de virus en la sangre, entre otros factores. Sin embargo, el empleo de estos medicamentos puede curar la enfermedad en muchos pacientes.

Un avance reciente en el campo de la hepatitis C es la incorporación de una técnica diagnóstica que permite conocer con una gran fiabilidad si un paciente se va a curar con el tratamiento de la hepatitis C. Se trata de una mutación en un gen del organismo que produce una sustancia llamada interleuquina 28b. Esta mutación está presente de forma natural en muchos pacientes y se puede determinar de forma fácil por medio de un análisis de sangre. Su determinación es muy útil a la hora de tomar la decisión de tratar o no tratar a un paciente.

-Coste: han denunciado que la realidad es que en algunos hospitales hay pacientes que cumplen los requisitos para acogerse a este uso pero que no acceden a los medicamentos por problemas burocráticos y de coste. Si bien es cierto que son caros (un tratamiento de 12 semanas puede oscilar entre los 50.000 y 60.000 euros) lo cierto es que son eficaces.
 El precio, al menos en EEUU, de esta terapia tiene muy preocupados a las autoridades sanitarias. Noventa días de tratamiento de una pastilla diaria cuestan en ese país entre 60 y 80.000 dólares. A casi 1.000 dólares la píldora.
 
 

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